Ante el juez que investiga el caso, la futbolista reiteró que el beso fue “inesperado” informaron fuentes judiciales
La campeona del mundo Jenni Hermoso declaró ante un juez que el beso forzado que recibió de Luis Rubiales, no fue “en ningún momento consentido”, además de que posteriormente sufrió presiones para salir en su defensa.
Hermoso dijo ante el juez de la Audiencia Nacional que investiga al expresidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF) Luis Rubiales por presunta agresión sexual y coacciones, que “ya todo queda en manos de la Justicia” y que ella se siente “fuerte”.
La jugadora internacional, que acaba de fichar por Tigres Femenil, llegó a la Audiencia Nacional, en Madrid, con un largo abrigo gris. Sonriente, la futbolista hizo un breve gesto de saludo a la prensa congregada frente al edificio.
Prevista inicialmente para el 28 de noviembre, la declaración de Hermoso, que denunció a Rubiales en septiembre por el beso forzado que le dio tras la victoria de España en el Mundial, fue retrasada por cuestiones de agenda.
Ante el juez que investiga el caso, Hermoso reiteró que el beso fue “inesperado” y “en ningún momento consentido”, según informaron fuentes judiciales.
La jugadora afirmó igualmente que sufrió una presión constante de Rubiales y su entorno en los días posteriores. Esto alteró su vida normal, produciéndole “una situación de tristeza”, de acuerdo con la misma fuente.
El juez Francisco de Jorge abrió una investigación en septiembre contra Rubiales por los presuntos delitos de “agresión sexual” y “coacciones”. También por las supuestas presiones a Hermoso y su entorno.
Poco después, el magistrado citó al exdirigente declarar como investigado y le impuso como medida cautelar la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de Hermoso.
Tras una reciente reforma del Código Penal español, un beso no consentido puede ser considerado como una agresión sexual, categoría penal que agrupa todos los tipos de violencia sexual. Según fuentes de la Fiscalía, las penas a las que podría exponerse Rubiales van desde una multa hasta los cuatro años de prisión.
